31 mayo 2007

Capítulo 51

CORAZÓN HERIDO

Día de nubes y claros-Martes-.
A eso de las nueve de la mañana y de un vetusto edificio del siglo pasado salían los honorarios enfundados en sus vestidos negros de riguroso luto.
A lomos de ellos, un ataúd vestido de gala con túnicas de seda.
Dentro, Don Alfonso.
Ex- alcalde, gordo, ciego y ahora, muerto.

Las medidas desproporcinadas de éste frente a los que lo portaban en desequilibrio permanente.
Pájaro de pico en largo viaje de día y noche recién llegado.
Lágrimas sobre su féretro- sedas humedecidas-.
Padre Prior con las rodillas ancladas en la tierra y los puños cerrados - enrabietado-.

El pueblo en un adiós y ahora sin alcalde.-agonía-.
Comparsas en "mi" menor y las golondrinas en vuelo.

-Madre, haremos el hoyo dentro de nuestra morada
- Si bien te parece, que sea bajo tu lecho-.
-Madre, guarda ese trozo de carne para tu muerte pero, respeta el sepelio-.
-Descuida y cava, cava más-.

El hoyo de tamaño adecuado y dentro, un muerto, ciego y gordo.
Tierra fresca y una lápida en cruz.
A sus pies un adiós.

Pájaro de pico, Sor Monja, Elisa y el bibliotecario.
El alcalde ha muerto, maldita alfombra.

En la noche, cuando el enterrador y su madre dormían, podía verse a la bella Elena acercar su cuerpo al camposanto con mueca de satisfacción y paz.
Quizá ocultara el mal en un corazón iluminado por su belleza sin igual.

En los cielos, la luna.
En la tierra, el misterio del infierno.

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