03 mayo 2007

capítulo 10

LA GNOSIS



Maese el perfumador escuchó un - no perturbe - la primera ocasión en que preguntó.
De buena mañana, al alba, sonó de nuevo el timbre del bibliotecario. –en pausa de a dos -.
El bibliotecario yacía de nuevo con su cuerpo sobre el gran secreter. Una llamada de a dos no fue suficiente para despertarlo así que Maese el perfumador hubo de realizar una segunda llamada de a dos.
La segunda desperezó al risueño bibliotecario que dispuso de batín para recibir visita.

Gallo de pico ralo dormía plácidamente sobre sus propias patas - Una escondida bajo su cuerpo y la otra extendida cual guardia de casa Real -.
Sor Monja lloraba con sus manos extendidas al cielo - y ya era el segundo día -.
Pájaro de Pico observaba a unos y a otros desde los confines celestiales.

Entró en la sala no antes sin saludar al hijo del bibliotecario que, con ojos más que abiertos, saludó con un gruñido y una mano rascando sus genitales.
Allá esperaba el bibliotecario:
- ¿Por qué esa forma cruciforme? -
- Por generosidad - escuchó por fin.
Un gesto de gratitud se dibujó en el triste rostro de Maese el perfumador y con un simple gesto de cordialidad se despidió no sin antes bailar el vals de los agradecidos junto al risueño bibliotecario.


Al alba paseaba su bello cuerpo cual bailarina la noche de estreno.
De cabello largo, ondulado y rojizo.
De cuerpo para el pecado…

Pájaro de Pico surcando los cielos de un confín a otro atrapando en sus oscuros ojos los propósitos ajenos.
Arrojaba su pesar en forma de lágrima y en picado su voluntad.
-ni la noche me hará descansar -
-Cruciforme por generosidad - pensó en ello.





Lágrimas que se tornan música...

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