30 mayo 2007

Capítulo 49

LADRIDO FINAL

En noche de luna llena ocurrió.
El maricomio frecuentado tan solo por unos pocos locos -y un maricón- estaba en silencio.
De pronto se escuchó un ladrido.
Comenzaron a buscar como comparsas en una noche de fiesta.
Nada encontraron.

-Ladridos en la noche- Expuso El Perimetral escondido en los ramajes de un árbol milenario. Rió a la vez que frotaba sus manos con ardor.

Don Alfonso, el alcalde, se encontraba en el viejo diván leyendo como podía viejos libros que sabía de memoria.-por eso hacía como que los leía-.
Escuchó el ladrido; un ladrido cercano.
Con sus brazos inquietos buscando una salida.
-Gordo y ciego-.
Alrededor de él, alfombras, sillas, mesas y lamparones de aceite dificultaban sus movimientos.
El ladrido cada vez más presente aceleraba su triste corazón.
Sus movimientos torpes y sus golpes, dolorosos, cuando eran en la cabeza.

Angustia y fin de una vida por una alfombra mal pisada y una esquina mal reforzada.

Don Alfonso, gordo y alcalde desangrado y muerto.
A sus pies, poesías de oscuridad.

Un ladrido en noche de luna llena causa de su muerte.
Un perro asustado
Don Alfonso ya no está presente.

Alfonsina en tirantes llorando la muerte de un padre.
Elisa, su hermana, allí tambien presente.

Una mesa y una alfombra-causa final-.
Una ceguera la principal.

En ramajes de árbol milenario una sonrisa hiriente y un frotamiento de manos...

Tan sólo queda... oscuridad.

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