21 mayo 2007

capítulo 38

GORDO Y DE CUELLO DELGADO


Era gordo como el alcalde pero con protuberancias que asemejaban cuernos.
De poco porte, bajito y de cuello delgado, muy delgado.
Dientes afilados y quizá de aspecto belga -sin bigote-.

-De todos es notorio que de ahí su nombre propio-.
-De perimetral el gran rival-.

Llegado de tierras acaso francesas-o belgas- su tono era extraño.
Hablaba con “r” marcada al modo francés- si no belga-.
Las manos agitaba en continuos gestos amanerados.
De su gusto por las mujeres no temeremos pues de su quehacer con doncellas de baja reputación datos amplios tenemos.
Gustaba frecuentarlos en domingos de iglesia pues todas ellas guardaban fiesta.
Se ocultaba por rincones y acechaba a sus presas con su desnudez altiva.
Ellas apenas daban crédito a semejante altivez.
Se asustaban en principio para rendirse después.

Gritos y alaridos en casa de placer
Gritos y alaridos en un lugar de poco proceder.

Bel-cebú de ojos grandes, cuello fino y altiva desnudez…
Sus ojos promiscuos y su vida incauta.

Enfermedades varias pilló y a los veintisiete murió.

Bel-cebú era gordo y murió delgado.
Alguna enfermedad hubiere pillado.

De su trabajo con los monos recuerdo.
Bel-cebú era promiscuo y de cuello delgado
-Bel-cebú enterrado-.

Cofre de ancho grado y corto de largo.
Cofre bajo tierra firme, muerto y enterrado.

Bel-cebú muerto de amor.
Bel-cebú gordo y de cuello delgado.

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