NADA
Hace tiempo que no escribo.
El calor, la vagancia y, por qué no, la falta de una idea básica, habían ralentizado mis escritos.
Divagaciones sobre el qué y el a donde,
Desperté con las ojeras puestas, con la barba espesa y el blanco de unos pelos asomando por la barbilla.
Cierto es que ni incomoda ni asusta pero... la edad no perdona.
Enrollado en cables por el cuello, con el auricular clavado en la espalda, el brazo dolorido por unas agujetas por las que mejor no preguntar y un sol, en lo alto, amenazando por lo que pudiera llegar.
Pocas ganas de nada y menos de algo.
En algún lugar, sonriendo al personal, una dama...
En algún lugar, en lo más recóndito de la ciudad,
En angún lugar, quizá en un sofá...