03 mayo 2007

capítulo 15

INQUIETUDES


Todo un campo ante sus ojos - cuatro -.
Padre Prior y El Pela unidos por una búsqueda escondida en los oídos del primero. El Pela, en afán de cofrade, en un viaje a mundos desconocidos con melena al viento y ademanes de toreador. Padre Prior lo miraba con ojos incrédulos.
- Pela, en este viaje no compraré cajas de cartón.
- Mi inquietud no la encontrarás ahí

De nada sirvió la manzanilla en sus ojos -cegado por la luz de la hermosura quedó -.

Alfonsina dormía en su lecho acomodada cual hobillo -temerosa acaso -.
El bibliotecario en búsqueda de su hijo y éste, perdido en lecho ajeno.
El bibliotecario daba muestras de tremenda inquietud en su rostro. Giraba a izquierdas siempre que le era posible - como inquieto -.
- Maese perfumador, mi hijo no está. Y giró a izquierdas.
- Señor bibliotecario, no se inquiete -y lo miró de soslayo -.


Serían las once de la mañana cuando Gallo de Pico ralo se desperezó. Posó las dos patas sobre el fino alambre que lo sostenía y bostezó con hermoso canto alegórico. Para entonces el pueblo rebosaba actividad. El lechero y su hijo en el hostal repartiendo, su mujer en el lecho con el hijo del bibliotecario y el bibliotecario en su busca, inquieto, girando a izquierdas cada vez que podía.
Mañana frenética.

El Pela pensó en recoger su larga melena. -no lo hizo -.
Padre Prior avanzaba en su camino hacia la verdad con soltura y ligereza. Las cajas de cartón no serían esta vez su peregrinar.
A cada paso que daban emitía un chasquido con sus manos. Los contaba mentalmente - 1313,1314, 1315 -y El Pela respondía con un Amén.


Caminaban por grandes prados ante sus ojos -cuatro sí -.