27 septiembre 2007

Capítulo 107


SIN ALMA


El fogón incendiado por la negrura del carbón. Una silla vacía en un extremo y Padre Prior de pie, vigilante.

-Qué te ocurre hermana?-
-Es Satán, padre Prior es Satán-

Padre Prior no entendía lo que estaba curriendo. Con el desayuno sobre la mesa dispuso de un bocado de cecina que regaba con leche fresca.

-Elisa, siéntate. Cuéntame que te ocurre-
-Es mi hijo Padre Prio. Mi hermana quiere arrebatármelo-.
-No es tu hermana quien lo desea sino el propio diablo camuflado en su pequeñez-.
-Padre Prior, usted no tiene alma-.
-La tengo, pero escondida para ocultarla del mal. Tu hijo en cambio la ha mostrado en forma de sonrisa dentada.
-Malditos los dos-

Sor Monja miró de soslayo a Padre Prior y los dos asintieron con preocupación.
Padre Prior dejó el desayuno sobre la mesa y partió raudo.

-A donde va Padre Prior?-
-Es un misterio Elisa. Quédate aquí, descansa-

Mientras, el niño dormía en cuna. Quizá, abrazado por los brazos del diablo.

Capítulo 106


UN SUEÑO REAL?



Abrió sus manos en desesperación. Imploró al señor misericordia y con ligereza retorció el pescuezo de la criatura hasta la muerte. Elisa no podía creer lo que estaba ocurriendo; Gritaba, lloraba y reía.


Padre Prior la miraba y sonreía con ojos alucinados coloreados en rojo y, su hermana, se frotaba las manos y decía- Otra vuelta, otra vuelta-.


Padre Prior con dientes salibados afilados cual lobo y Sor Monja en un continuo frotar sus manos ávida de muerte.


-Otra vuelta, otra vuelta- gritaba y reía.


Padre Prior enganchando al crío por las piernas y girando su pequeña cabeza cual peonza se tratara...



Elisa despertó. Sudaba como fruta fresca en despensa. Frío en su frente, calor en su cuerpo. Miró al lado y vio a su hijo dormido. La sonrisa peremne, dentada. Suspiró.


El susto de un sueño imposible la había desvelado. Si incorporó de la cama y tapó cuidadosamente al hijo ahora amado. Ya en la cocina, Sor Monja.


-Hermana, acabo de tener un sueño espantoso.-


-Lo se, por tu hijo.-


En ese momento Padre Prior entró por la puerta.


-Buenos días señoras. Podría desayunar con ustedes?-


Elisa en grito.

Capítulo 105

PADRE, MADRE Y...

Todo parecía tranquilo. Los lugareños despertaron con la paz interior de un muerto merecido. Se saludaban entre ellos con sonrisas inequívocas, satisfechos del buen hacer. Nadie más mataría a un niño indefenso.

Padre Prior entró por la puerta.

-Buenos días tengan señoras. Desayunarían conmigo esta mañana?--Padre Prior, qué alegría verle un día como hoy. Claro que sí. Pase uted. Pan y leche?-

-Y cecina por favor-

-Y que le trae por aquí tan temprano?-

-A decir verdad, la curiosidad. Ayer al marchar vi algo extraño en su hijo. Estaba dentado y tenía una sonrisa peculiar-

-Mi hermana, que creo que se está volviendo loca, dice que está endemoniado. A donde vamos a llegar? Esto es de locos-

-Si loca está, al maricomio irá- rió.

En esos instantes apareció Sor Monja con atuendo infernal. Capa roja y negra hasta los pies, capucha del mismo color y un gran crucufijo en su pecho.

-Padre, ese niño... sonríe endemoniado-

-Veremos, veremos. Traemelo por favor.-

-Deja al niño en paz, duerme-

-He de verlo Elisa, confía en tu hermana.-

Un niño dormido con sonrisa dentada. Padre Prior llorando, rezando.

-Qué ocurre Padre?-

Llanto de muerte...

26 septiembre 2007

Capítulo 105


DIENTES


La noche ocultaba la luna tras las montañas. El viento amainaba como si necesitara un sueño y las gentes dormían en silencio el fervor de una muerte anunciada.

-Hermana, estos dientes... -
-Sí, lo se. Es extraño verdad?-
-Me tienen un tanto preocupada. No es muy normal estar dentado a esta edad-
-Es extraño verdad?- respondía como un juguete roto.
-Este hijo mío parece embajador de la alegría con esta dentadura, lo crees así?-
-Yo no lo veo más que como embajador del diablo, como embajador del horror y la muerte.
-Tu lo que estás es tonta. Además de envidiosa claro...
-El aliento de azufre. No digo más.

-Tras esto y lo otro, aquello-
-Qué?-
-Nada, nada. Tu duerme, yo me encargo.-
-Seguro que era la hora que decía yo- y rió.

-Mira, la luna se esconde ya tras las montañas. Roja, diabólica.-
-Estás pesadita con el tema. Está blanca como los dientes de mi hijo.
-No ves bien, acaso has cegado?-
-Envidiosa-.
-Yo me encargo, ahora duerme.-

24 septiembre 2007

Capítulo 104


PELLEJO



Desnudo. El culo con algún pelo disperso y un pellejo colgante entre sus piernas. Una manta en las manos y una ventana inaccesible para él.
La luz lo desvelaba al alba y todas la noches debía hacer lo mismo. Subirse encima de un pequeño taburete de madera y en tan ridícula situación, saltar encima de él e intentar poner la manta sobre la ventana afín de que ésta tapara la luz del amanecer.
El colgajo pellejudo de arriba a abajo y de un lado a otro.
El nuevo alcalde era un filón.

Elisa quiso hacer de adivinadora. Sin mirar un reloj ni al cielo mirar preguntó:
-Hermana, a que son las doce de la noche?-
-Son las nueve menos veinte Elisa-
-Soy genial, la he clavado-reía emocionada.
Sor Monja palidecía ante semejante genialidad.

Al cuarto saltó logró dejar la manta en posición. Su colgajo parecía quedar en quietud vertical.
-Esto es ridículo- pensó.

El niño dentado dormia en paz.

21 septiembre 2007

Capítulo 103


ENDEMONIADO


La noche se hizo intensa, amarga en un cruce de caminos insospechado.
El viento castigaba cada vez con mas fuerza ventanales y compuertas.
Exportaba al vacío todo tipo de enseres olvidados al buen albedrío. El augurio de buena esperanza truncada en ira.
Dios o diablo?

Sor Monja rebosaba amargura por cara poro de su piel. Miraba al niño con el recelo de la cigarra a la hormiga. Veía en él un enviado del diablo. El justificador de los pecados en la tierra.
Una sonrisa dentada en el rostro aún infante de un niño de doce meses. Sonrisa entonces principesca, ahora embajadora del mal.

-Hermana, qué te ocurre? Te noto extraña.-
-Es tu hijo Elisa, está endemoniado. Poseído por la ira de Dios. Convertido al diablo.-
-Me estás asustando-
-Haces bien en asustarte-

El niño las miraba y... sonreía.

Capítulo 102.

ESA MISMA TARDE


Los vientos de la tarde sembraron los campos de ceniza. Semillas del demonio esparcidas por campos hundidos por la fragancia de la muerte.
El enterrador en cada hoja, en cada grano de tierra.

-Es verdaderamente repugnante-
-Quizá no veamos hoy un ocaso anaranjado, quizá el sol se tiña gris-
-No diga eso Maese bibliotecario- repetía Elisa.
-No es casualidad que lo diga sino un hecho. Lo pone en los libros-
-Maese, deje de leer esos libros. No hay quien pueda con el astro sol. Es tontería!-
-Ay Mi dulce Elisa- dijo con ironía.

La fiesta se había tornado en miedo. Y el miedo en mal augurio.

-Deberíamos volver a casa hermana, el niño tose-
-Ya no hay nada que hacer, si tose es que lo lleva dentro-
-De qué hablas?-
-Mañana tu hijo...-
-Qué sucederá mañana con mi hijo?-
-Está... esta ya... endemoniado- lloró.

Un pueblo vacío de esperanza y amor teñido por el gris de la muerte.
Escondidos en sus casas temerosos del diablo. Quizá por el terror a Dios.

Capítulo 101

CON HAMBRE;SED DE VENGANZA



El enterrador cantando "dead man walking" en su último baile. Un camino abarrotado de gente que esperaba con ojos hambrientos y sed de venganza.
- Debe de morir, es justo.-Asentían la mayoría de ellos.
La madre de la criatura en llanto perpetuo y un padre sin habla.
-Debe de morir, son los designios-Asentían y algunos hasta reían encolerizados.

El enterrador miró una vez más al cielo. Ni una nube, ni un sol al que despedir. Tan sólo un pájaro.
-Sufrirá?- preguntaban los niños del lugar
-Es claro que sí- respondían sus mayores.

El enterrador en posición
Fray Hernando en disposición.

Un grito de dolor y auxilio.Sobre la colina, unas voces de día.
Olor a carne quemada. El enterrador muerto, chamuscado.
Una madre tranquila y un padre sin habla.

-Mereció la pena- unos
-Ha estado bien-otros.
-Deberíamos ir a comer algo. Este olor me ha dado como hambre-.
-jajajajjajajajajaj- reían con ironía y gracejo

La fiesta no había hecho más que empezar.
Queso y vino para una muchedumbre ávida de venganza y justicia - divina?-
Llantos, gritos y dolor.
Jolgorio en las masas.
La sinfonía de la muerte.

20 septiembre 2007

Capítulo 100


LA NOCHE DE AUTOS


Fray Hernando no dormiría esa noche. La extraña fuerza entre Dios y el diablo lo había desvelado. La antorcha preparada para una cremación inminente, lumbre y muerte.
Preguntaba en oración si la justicia que iba a impartir era divina. Si Dios, que en los cielos está, impartiría la misma o perdonaría para siempre.
La duda del perdón divino contra la justicia en la tierra. Dios y Lucifer.

De riguroso negro. Encapado con túnica del mismo color y sombrero plano. Tenía todo dispuesto.
Tendría que clamar los pecados y, tras darle el perdón del señor, encender el fogón.
Angustia en un estómago vacío. Ayuno en días de muerte.

El enterrador ya sin nada que contar. A pocas horas de ser incinerado tan solo el último perdón por haber matado.
-Padre, apiádate de mí en los cielos. Un aburrir no puede ser mi pecado.-
Una voz en su mente se repetía sin cesar-muerte, muerte-.

Abrió la puerta. Salió con el rostro mirando al suelo, enjuto en sus formas y andares. Con la tristeza en su mirada. La justicia de la muerte a un hombre ya casi muerto. Una lágrima, un consentimiento.

Las campanas repicaban. Un, dos tres , cuatro... hasta ocho.

19 septiembre 2007

capítulo 99


QUINCE AÑOS ATRÁS


Quince años atrás apenas era un adolescente buscando su primer amor. Desconocía la cultura del estudio y menos aún el significado de estupro.
La conoció con catorce, la hizo suya la misma primavera.
De pelo rojizo y rizado. Pecas alrededor de una tímida mirada y unos ojos verdes como esmeraldas del caribe. Eran tiempos de aniquilación social.
Lucha del poderoso frente al desdichado, el rico frente al pobre, la cultura frente a la humildad.


Susana de rojos cabellos
Susana de corazón humilde

El enterrador la veía pasar en los días de entierro-por aquel entonces casi diarios-.
Caminaba de la mano junto a su padre y al verle, sonreía. Una sonrisa que dejaba entrever dos grandes palas blancas que se confundían con el blanco de un rostro casi perfecto.
Sus labios color rosado como el monte de Venus que escondía. Humedos al verle, resecos en su ausencia.

-Ni la mires. Y menos tocar a esa chica- decía su padre.
-Padre, la quiero y... algún día será mía.-

Jamás la volvió a ver. Un entierro, un padre sin nadie en la mano a quien acompañar. Pétalos de rosa en el camino. Susana no está.

...uno.

Capítulo 98


ESOS EXTAÑOS OJOS

Uno y dos...


Batallas extremas al otro lado del mundo.
Un mundo cruel en dominio y poder que atenazaba las manos de los hombres a una espada sangrienta y llena de odio. Cabezas cortadas y cuerpos empalados. Había quienes tenían la suerte de un entierro y, quienes por otras circunstancias, eran incinerados.
Espadadas blandidas en rostros llenos de pánico. Sangre por doquier en una lucha sin cuartel.
Jonás recordaba cada noche la muerte de una familia atravesada por la espada del poder.
Voces en la noche.

-Acudirá Jonás?-
-Nadie lo sabe, es extraño en sus modos.-
-Dicen que ha visto la muerte de cerca. Que incluso su familia-
-Eso dicen pero...!A saber!
-Es un poco raro, ese color de ojos, como demoníacos.-
-Es que es otra cultura, pero es raro sí, esos ojos despistan un poco.-
-Son como morados verdad?-
-Lilas diría yo-
-Pues eso, como morados-
-Dice Antoine, el nuevo alcalde, que no le entiende nada cuando escucha esas voces en la noche.-
-Son voces raras sí-
-Crees que hablará con el diablo?-
-No lo se, todo puede ser, con esos ojos...-
-Morados-
-Más bien lilas-
-Pues eso... -

Uno y dos...

Extraños ojos morados en rostro oscuro.

Capítulo 97


PREPARACION


Uno, dos y tres...

Antoine, el nuevo alcalde, había dispuesto con extremo gusto la cremación.
Un robledal daría sombra a los presentes y puestos de vino y queso alimentarían su odio.
En el centro, maderos resecos para el buen prender y sobre estos, un gran mástil para el buen proceder.
Fray Hernando prendería la mecha y una muchedumbre acabaría en fiesta.


Padre Prior paseaba por el lugar con admiración- un buen trabajo- se dijo. Su larga capa arrastraba pequeñas briznas de yerba haciendo camino tras sus pies.
Jonás en la colina. Voces de día.
Locuelo acompañando a Sor Monja en su paseo.

-Buenos días Maese bibliotecario-
-Sí, lo son-
-Admirando el crematorio?. Lo han dejado precioso-
-Va a ser bonito ver arder a un pecador de la pradera-. Su pierna en extensión.
-Jajajajaja- reía Sor Monja.
-Me lo ha pegado usted!-
Rieron los dos...
-Padre Prior preguntó por usted. Ya le dije que nos frecuentaba.-
-Es verdad y por eso asiento-.
-Vaya con Dios Maese-
-Adiós, adios-

Uno, dos y tres...

Capítulo 96

CONVERSACIONES


-Así fue-
-Tuvo que ser horrible Padre Prior-
-Lo fue. El Pela era un ser distinto. Cofrade a los...ya ni recuerdo.-
-Pensé que diría ser superior.-
-Jaajajajajajajaja- rieron todos.
-Joven sí. Y morir así.-
-No lo merecía-
-Y allí lo dejó usted en crucifixión?-
-Así lo hice y por Dios que me costó-
-Pobre-
-Sí, pobre- asintieron todos.
-Lo peor fue en la vuelta. Verlo en puro hueso, carcomido por los animales-.
-Ohhhhhhhh- la multitud.
-Recé por él y partí con mis ojos iluminados.-
Los presentes con sus manos retorcidas y una sonrisa en los labios.
-Un día, al pasar por un río me dijo..." tenga usted cuidado de no caer"
-Era educado- apostilló Sor Monja
-Y solemne- respondió Padre Prior.

Sentados junto a un fogón a medio hacer y con sus cuerpos tan juntos que ni un alfiler.

-Locuelo anda inquieto-
-Curioso animal, de donde procede?-
-Apareció sin aviso, hambriento-
-Por cierto, he de dar de comer al niño, parece que me come bien ya-.
-El Pela, sufrió?-.
-No le vi morir, tan sólo un grito y su cuerpo.-
-Ooooooooooh- todos.
-¡Malditos monos!-

El silencio se hizo. Todos rezaron. En la casa de la colina, voces en la noche.

Capítulo 95

JONAS, EL NO CRISTIANO


Jonás no era cristiano- ni falta que le hacía- como bien acostumbraba a decir.
Nacido en tierras lejanas y con tez oscura, casi morada.
Llevaba viviendo en la casa de la colina unos 15 años. Apareció por sorpresa, sin ruido ni pereza.
El primer día ya en sus labores. Sin molestar, sin biblia que en mesilla depositar.
Era alto y delgado y, en su rostro, el color lila de sus ojos. Vestía con sencillez túnicas de color variado y telares de enjundia aunque ya algo ajados.
Educado y sin compromiso.
Voces en el día, voces en la noche.


A cuatro días de la ejecución.
Las once, el gallo de pico ralo desperezaba. En la celda, el enterrador contando -uno, dos, tres y cuatro...-
Con el rostro palidecido y unas manos temblorosas por el miedo a morir, rezaba sin descanso en perdón por sus pecados. Recordaba al bueno de su padre, rogando que en los cielos...quizá, un abrazo.
-Un, dos, tres y cuatro...-

-Elisaaaaaaa-
-Dime-
-Has visto a Locuelo?-
-He oído sus pezuñas en la noche. No está junto al fuego?-
-Ah sí, ahí está-
-Elisaaaaaaaaaaaaa-
-Qué-
-Locuelo duerme-
Elisa con gesto extraño.

Jonás en tierra de nadie.
Con su túnica por los pies y en la mano un dulce.
Las campanas repican, Jonás ni se inclina.

18 septiembre 2007

Capítulo 94

POESIA AL RECUERDO DEL PASADO



Elisa en recuerdo del pasado
Muerto un hijo
también separado

Un hijo andando
al otro rezando
Dos hijos tenía
Ahora tan solo uno poseía

Elisa llora en la noche
La muerte del predilecto
Elisa no aguanta
al que nació primero.

Un hijo andando
al otro rezando.

Las mañanas de lluvia
lloran por el muerto
Las mañanas de sol
Acarician su cuerpo.

Elisa no llores
Si acaso un rezo
por hijo muerto

Alimenta el alma de los vivos
Espanta la de los muertos
Ellos ya no volverán
Tampoco te olvidarán.

Un hijo andando
Al otro rezando, llorando.

Capítuo 93

LAGRIMAS AL VIENTO


Todos partieron de buena mañana hasta el cementerio. Con el enterrador encerrado, Padre Prior tomó la pala en sus manos y comenzó a cavar en camposanto. A cada palazo la gente correspondía con un llanto, como si vieran en sus ojos el golpe final asestado a la pobre cría.
Una vez resuelto el hoyo, dispusieron el resto. El sacerdote en salmos y la aldea en llanto.
A lo lejos se dejaba escuchar el repicar de las campanas acompañando el viaje final a la resurrección junto al Señor.
La madre con sus ojos en lágrimas, observando al infinito, el padre recogiéndola en sus brazos.

Un, dos, tres, cuatro, cinco y seis...

Con la tierra aún húmeda, regresaron a sus casas. La mañana era fresca y el viento del norte sacudía los rostros llevándose consigo las últimas lágrimas por la cría muerta.

Un, dos, tres, cuatro, cinco y seis.

-Ha sido bonito-
-No ha estado mal, la han colocado en buen lugar, junto a Don Alfonso-.
-Sí, ha sido una gran idea-
-Ahora deberíamos volver a casa a dar de comer a tu hijo-
-El bibliotecario las miró de reojo asintiendo-.
-Tienes razón hermana, es hora de que coma ya.-

Locuelo cuidaba del niño sin nombre. Una voz de alarma en forma de ladrido las alarmó.
Corrieron raudas y encontraron al niño dando sus primeros pasos.

-Ese es mi hijo-
-Es hora de que conozca ya la tumba de su hermano-
-Primero le daré de comer-

La tarde acechaba
el día acababa.

Capítulo 92

EL ARCOIRIS



Las cuatro de la madrugada en un reloj de arena.Dulzura en un precipitar sosegado, paulatino, de color beige.
Padre Prior no podía dormir. Su largo peregrinar por mundos lejanos y, el lecho donde acomodó su cuerpo impedía una rápida adecuación.
Pensó en El Pela. Recordó momentos y conversaciones con él y sonreía para adentro.

-Padre Prior, acérquese-
-Qué ocurre Pela?-
-Mire allí, en lontananza puede verse un arcoíris de reflejo sin fin-
-Obra de Dios, afirmo.-
-Obra de la lluvia filtrada, asevero yo.-
-Pela, eres como Dios te hizo.-
-Mi padre y mi madre en algo coloboraron señor.-

Esa conversación dejaba bien clara la imperturbabilidad del Pela.
Padre Prior rezó por él esa noche.
-Padre nuestro que estás en los cielos..."
Cerró los ojos en la soledad de la noche y descansó por fin.

Tiki-taka, tiki-taka. Locuelo intranquilo. Las noches estrelladas lo confundían. Miraba al cielo y pensaba en cientos, miles de ojos que lo observaban.-perro tímido.
Ni una nube que solapara el cielo estrellado. Ningúna niebla que sumiera sus cielos en ojos vacíos.

Su pezuñar caminar despertó a Sor Monja.
Preocupada por Locuelo, se acercó a él y un susurro en su oreja dejó. Locuelo la miró, puso su ocico en sus manos y durmió.

Una noche cerrada de ojos brillantes dio paso a un cielo azul, sin nubes, sin llantos.

Capítulo 91

LUGARES Y...



Uno, dos, tres, cuatro...- Pablo de Cafur contaba sin cesar sus dedos hasta veinticuatro y volvía a empezar.- Catorce, quince, dieciséis...-.
La mañana, fresca en sus comienzos, había dado paso al un sol abrasador.
Una nube, no más en el horizonte y sin presagio alguno.- extraña frase.

Una celda oscura y un ventanal. En sus adentros una triste figura opaca apenas visible si no fuera por su llanto. La luz que filtraba la ventana jugaba con la transparencia de unas lágrimas infinitas y un llanto feroz. En enterrador continuaba en sollozo y en busca de un perdón.

A siete días de un entierro,
a siete de su propia incineración.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete.

-Respira ya?-
-Parece que sí, se le escucha ya-
-Pues ahora, dale de comer-
-Parece que tu único interés está en que el niño sea gordo.-
-Es que no muera hermana, la muerte demasiado nos ha visitado ya-
-No se, no se. A veces me despistas con tus argumentos.-

Pablo de Cafur, encerrado en blanca habitación de techos lacados, permanecía a la espera.

Un docente apareció,
un docente su rostro de lágrimas lo cubrió.
-Aquí estoy-

En una oscura celda se escuchaba un llanto y un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.

Capítulo 90


SIN RESPIRO


Una entrada austera daba paso al recibidor. Tras éste, una gran puerta de madera conducía hasta las dependencias personales de Padre Prior. La habitación, de enormes proporciones, era si cabe más austera.
Almohadones turquesas y mantos lilas en el lecho. Grandes cortinas malvas en los ventanales y muebles rococós en un rincón.
Una gran chimenea con aceros y dorados apliques en el centro y un gran orinal de porcelana a sus pies.


A las once comenzó el repicar de las campanas. El funeral por la pobre cría comenzaba y el pueblo entero, engalanado con sus mejores ropajes, disponía su entrada a templo.
El sacerdote engalanado comenzó su responso y miles de llantos se escucharon alrededor.

-buaaah , buaaaaah- el llanto de un niño.
-Te dije que tenía hambre-
-El pobre se aburre, solo es eso-
Sor Monja ruborizada por el acontecer tapó la boca del niño sin nombre.

El silencío se hizo y el niño...

-Hermana, creo que el niño no respira-
-se habrá dormido-
-No, no respira-
-Pues espera un poco. Tan sólo falta el último salmo-
-Tu sabrás-

Un repicar de campanas y un cántico puso fin a un funeral.

-Salimos ya?
-Venga, pero no corras, puedes tropezar-.
-A ver?-
-A ver qué ! No hay nada que ver, sino escuchar-
-También es verdad. Pues... no respira no. No escucho nada.
-Lo has matado de hambre-

Fuera, soledad.
En la celda, un hombre sin piedad.

17 septiembre 2007

Capítulo 89

TANTO TIEMPO


-Y es por eso Padre Prior que el pueblo parece muerto-.
-Entiendo, pero no lo de tu hermana Elisa-.
-Yo creo que es porque ha sufrido mucho con la separación y muerte de su hijo-.
-Tiempo ha pasado de ello y tampoco fue para tanto. La muerte no llama sino el fuego- Utilizó un juego de palabras un tanto absurdo por el momento que lo decía.
-En fin, que al hijo lo tiene un tanto descuidado- Como su pelo, pensó.
-Y Pedro de Cafur, aún cuenta?-
-Sí padre Prior, ahí sigue, contando, en soledad.-
-Pobre chaval-

Elisa cortaba las uñas de sus dedos delante de un abrasador fogón.

-Tu hermana Elisa me preocupa-.
-Mírela, no se levanta de ahí y el pobre niño... apenas come-
-Qué tal el bibliotecario?- Sor Monja no entendía esos cambios.
-Nos frecuenta. Parece un tanto despistado desde la muerte de su hijo-.
-Pobre chaval, murió en el acto- rió. Otro juego de palabras pensó.

Elisa limaba para entonces sus uñas y Locuelo dormía junto al fogón.

-Ya es tarde, mañana será otro día-
-Mañana es el funeral-
-Pobre cría- espetó desde el fondo Elisa.

Un hombre cano y con el rostro ajado partiendo hacia una casa ya olvidada por el paso del tiempo.

Capítulo 88

LA ESTATUA



-Madre de Dios- dijo a la vez que sonreía al ver a Locuelo.- Este perro es de lo más peculiar-.
Agachó su cuerpo con problemas y acarició al perro con mano nerviosa.
Locuelo emitió un ladrido y, subido a dos patas, comenzó a saltar de emoción alrededor.

Padre Prior reía y su rostro, reflejaba la alegría de la niñez; La alegría de una vuelta y el placer de una infancia ya olvidada.

Locuelo arrastró a Padre Prior hasta la casa de Sor Monja.
Sus miradas se cruzaron. Sor Monja parecía no reconocer ese rostro. El pelo cano y esa sonrisa no parecían reflejar quien en verdad pensaba que era.
-Padre Prior?- entonó.
-Así es mi dama-
Jamás la había llamado así pero el tono de voz no había cambiado.
-Es increíble lo que una expresión puede cambiar a una misma persona- pensó.

Elisa miraba sentada delante del fogón.
-Y esa estatua?-preguntó.
-Es mi hermana Elisa Padre Prior-.
-Perdón, es que como no se movía-
Elisa gruñó.
-Ya se lo he explicado, pero le da igual. Es así de tonta.-
Padre Prior rió dejando ver una dentadura perfecta-postiza.

Locuelo tiki-taka hasta el fogón.
Un café y una conversación.

Capítulo 88

LA LLEGADA


Elisa sentada en postura imposible junto al fogón.

-Hermana, estos pies me van a matar-
-Llevas tres días sentada, no te extrañe-
-Claro, llegó la lista-
-Tu verás, el bibliotecario esta mañana ha pensado que había comprado una estatua nueva-
-Ese es bobo-.
-Hombre... tiene su gracia-

Locuelo tiki-taka hasta el fogón.

-Mira este, a este no le dices nada-
-Es un perro-
-me estás llamando perra?-
-Cómo eres Elisa-
-Discreta soy, no como otras-

Locuelo salió de la cocina. Le aburrían las mismas conversaciones de siempre. Fuera, un hombre con honrosa capa obispal y un pájaro en los cielos.

-Estoy cansada-
-Claro-
-No me vengas con ironías, no las soporto-.

Un pelo cano y un rostro ajado.

Capítulo 87

EN EL MARICOMIO


Las paredes pintadas en blanco lacado. Cal viva en los techos y ventanales cerrados.
El maricomio.

En la soledad y silencio de éste, una canción:

Donde vas marinero
Apenas te he visto esta noche
Donde vas marinero
Quizá ya no vuelvas, estés muerto.

De noche y dia
Apenas en puerto
Una dama te espera
Quizá ya, muerto

La noche estrellada
Mis ojos han abierto
Quizá tú en lontananza
Quizá muerto.

Si mi corazón está triste
es por tu partir
Si mi alma te llora
Es por tu triste devenir.

Marinero de mi vida
Quédate esta noche conmigo
Quédate en vida
Mañana quizá, estés muerto.

Sha lala lala
Sha la la la la ( bis )

Una canción de esperanza en una jaula de blanco lacada con ventanales cerrados.

Capítulo 86

UNA ANTIGUA CANCION.


La cabeza gacha y una lágrima a través de su rostro. El inspector con sumo cuidado acompañando al enterrador en tránsito.
En su cabeza una canción del pasado que entonaba en su memoria.-raro eh-.
-Dead man walking, it's a dead man walking-.
Alrededor, una muchedumbre ávida de venganza voceando los mayores improperios jamás oídos. Miradas furtivas, lascivas e incluso demoníacas perseguían el tránsito.

Elisa gritaba -muerte, muerte- acaso olvidando un pasado reciente.
El hijo sin nombre en sus brazos con su rostro en mueca y Sor Monja en triste lloro por la cría muerta.

-Deberían cortarlo en pedazos- se escuchaba. Blandían unos grandes tenazas y otros palas en recuerdo de su muerte.

Noche tormentosa
Estrellado el cielo- ironía?-.

El alguacil abrió el portalón presuroso. El enterrador en refugio. Olvidado quizá para siempre en una oscura celda con apenas un pequeño ventanal por donde mirar al cielo.
-Este ventanal debería estar en el suelo. Mirando al infierno-.

Una maraña de gentes alrededor voz en grito y apero en ristre.
Una noche estrellada, tormentosa.

Y una canción antigua en mente...

14 septiembre 2007

Capítulo 85





Las pistas llevaron al inspector directamente al cementerio. El enterrador dormía en su lecho con piernas cruzadas y brazos sobre el pecho.

-Postura ad-oc- Pensó para sí el inspector.

Sin lupa ni sombrero.

El caminar preciso del inspector hizo despertar al enterrador. Un bostezo y un estiramiento. Sin nervio alguno en su rostro y con tranquilo movimiento, saludó al inspector.

-Perdón, me quedé dormido ayer-
-No pasa nada, sin trabajo... es fácil hacerlo-

El enterrador notó ironía en sus palabras o, acaso era su imagnación.?

-Tiempos de entierro ya pasaron-.
-No me hable usted de ese modo por favor-
-Perdón, perdón-.

La conversación se tensaba por momentos.
-Veo que tiene usted una pala. Hace uso de ella?-
El enterrador no pudo más que testificar. El interrogatorio inteligente había acabado con su seguridad.
-Lo siento inspector... estaba tan aburrido-

Sin lupa, sin sombrero.

Capítulo 84


TIKI-TAKA



-Pobre cría, eran tan joven, tan humana!
-más te valía procurar que tu hijo llegara a su edad...-
-Malas artes llevas hermana. Siempre estás con lo mismo-.
-Dale de comer por Dios!. Este niño está tan flaco que parece un pecador- Su cuerpo se movía en extraños movimientos con una pierna levantada y los brazos en extensión y contricción.
-Se puede saber qué haces con esos gestos?-
-Quería ser graciosa, sin más-
-Ah, pues qué bien. Y mientras, la cría, muerta-.
-Sí, y si no le das de comer al tuyo serán dos-.

Alfonsina se dio media vuelta, miró a su hijo que parecía sonreirle y lo tomó en sus brazos.

-No ves? ya está. Ni me ha pedido de comer-.
-Ya veo ya. Pero.. es que el pobre no habla.-
-Eso ya... pero... podía pedir de otra forma-.
-Ayer se comió el mantel. No me extrañaría que hoy se comiera a Locuelo-.

Locuelo pareció percatarse de la insinuación. Levató sus pequeñas orejas y con sigilo salió de la habitación.

El niño miraba
Locuelo tiki-taka-tiki-taka.

-Que le des de comer!-
-Pobre cría, era tan humana....-

13 septiembre 2007

Capítulo 83





El inspector llegó a eso de las 10. Con las antorchas ya chamuscadas por el paso del tiempo y sin rastro alguno de la desgraciada niña, comenzó un interrogatorio de lo más persuasivo.

-¿Hora de la desaparición?
-Entre horas inspector-.
-Entiendo.Ummm entonces a eso de la mañana supongo...
-Así es, a entre-horas.
-Con eso me basta, gracias-

Los lugareños se miraban con cara de satisfacción. El ispector sabía lo que se hacía y así lo demostraban con gestos amanerados a una pobre madre desconsolada por la desaparición.

-Una última pregunta- se volvió.
-Dígame inspector-.
-Quiere usted a su hija señora?-

La muchedumbre inquieta, ávida de respuesta sin igual.

-La quiero, sí, ahora la quiero-
-De acuerdo, nada más por ahora-

La respuesta tranquilizó- claro-.

-Una última pregunta... ayer cuando salióooo...También la quería?-

Los ojos del poblado frente a la madre. Ojos con ceño fruncido esperando una respuesta clara.

-Creo que sí inspector.Ahora no recuerdo bien pero creo que sí. Ya sabe, entre horas todo no se ve tan claro.

La muchedumbre satisfecha con la respuesta se miraba entre sonrisas de placer y satisfacción-claro-.

12 septiembre 2007

Capítulo 82

HUMEDO Y HAMBRIENTO



Elisa dormida con la boca abierta dejando caer una babilla transparente por la comisura de sus labios. Sentada en una silla de madera imposible.
En el suelo Locuelo lamiendo al niño sin nombre.
El fogón escupiendo briznas de madera seca. Explosiones de luz azul y rojo.
-Despierta Elisa, tu hijo parece un sapo-
Locuelo lamía sin cesar al niño.
-Lo está limpiando, nada más. Ya se secará al fuego.-
Sor Monja, en escándalo, cogió al niño y lo puso en manos de su madre.
-Deberías pasarle un paño húmedo y darle de comer-.
-Dale tu por favor, esta silla me ha dejado el cuerpo entumecido-
-Pobre crío. Ha nacido para ser estafador-

Con desaire tomó al crío al cual aplicó un paño húmedo a través de su cuerpo y preparó una jofaina de leche en temple.

-Tu madre te quiere pero aún no lo sabe-

Afuera, en la noche, un tumulto en formación. Unos gritos y un silencio. Más tarde un murmullo y unas antorchas prendidas.
Unos minutos más tarde, una procesión de gentes dispersas.

Come cariño, come...

11 septiembre 2007

Capítulo 83

EL CAZAMARIPOSAS


Sus ojos azules transmitían hermosura. Pestañas pobladas, largas y curvadas al cielo.
Sonrisa permanente-inocencia en su rostro-.
Ana de nombre.

Aquella mañana se despidió de su madre con la misma alegría que la vio nacer. Un vestido de flores malcosido en tonos azules y una gran lazo rosa en el pecho.
Una cesta en su mano y un cazamariposas.
Colores y tamaños distintos pegados a cartulinas de colores varios.
De treinta especies distintas disponía y un afán por llegar al infinito.

Cacao en una taza a primera hora de la mañana. Tres sorbos y apenas un trozo de pan en su pequeño estómago.
Partió rauda a primera hora de la mañana.
Tomó el camino al cementerio.
Había pasado por allí con su madre en ocasiones y había podido comprobar que, entre las matas del viejo cementerio, habitaban las más grandes y extrañas mariposas de lugar.

Una alegría, una inocencia partida en dos por una pala en desuso.
Un brote de sangre a través de una tez blanca.
El cazamariposas sobre tierra teñida de rojo y una cesta con dos maravillosas mariposas revoloteando sin salida.

Capítulo 82


EL HASTÍO


El enterrador sumido en el aburrimiento de quien nada tiene que hacer. Las muertes brillaban por su ausencia.
La pala estanca en un nicho vacío-de cuerpo y alma-.
Sus ojos, soñadores otro tiempo, reflejaban ahora el hastío y la pérdida de una mala madre.
Sentado sobre tierra húmeda con los brazos cruzados y unas botas agujereadas. La mirada perdida-como alma que lleva el diablo-.
Un pájaro muerto en caída de un nido abandonado. Un quehacer y un entierro.
Único protagonista de aquél fatal encuentro.
Único protagonista de un entierro sin más cuerpo que el de un pájaro muerto.

La arboleda en susurro. La hojarasca nerviosa en su agitar.
El enterrador de nuevo sin nada que hacer. Sin pan que llevar a una boca reseca por la muerte.
Días de pena y lamento.
Necesitaba un muerto.

El sol en su crepúsculo tintó de rojo sus ojos. Se levantó como poseso cercando sus pasos al nicho vacío.
Cogió la pala con fuerza. La miró. Sin reflejo en ella. Tan solo lodo reseco por el paso del tiempo.

Una chiquilla cantando canciones del pasado.

" ...que ni el viento la toque..." entonaba con alegría.

Histeria, pánico y dolor.
Una niña muerta. Lodo en su rostro.
Sonrisa muerta.
Un nuevo hoyo que cavar.

Canción


ABRAZADO AL DIABLO.


Sólo, ante un precipicio
Mis ojos faltos de cordura
y en el fondo, la tristeza.

Una catedral, en el paseo unos se abrazan
Entrelazados se besan
Amor entre bastidores .

Si esa no es mi vida no quiero vivir
Si mi vida ha de ser negra
prefiero morir

Los pájaros volaban sin dominios
Los árboles silvaban canciones de esperanza
y el viento alejaba los demonios.

De vez en cuando me levanto y escucho el viento
Nada se lleva de mí.
Todo queda encerrado en un corazón muerto

Si esa ha de ser mi vida no quiero vivir
Si mi vida desvanece
Prefiero morir.

Los teatros abrian sus puertas
Los telones cerraban propuestas
Renacuajos alrededor de un jardín
Padres risueños de miradas enamoradas.

Un vacío en mi corazón, solitario
Una vida entregada a los brazos del Señor
Recogida por el mismo diablo.

Si esta es mi vida, no la quiero vivir
Prefiero morir...

Capítulo 81

EL PASO DE LOS ENAMORADOS


Al fondo, en las afueras de sus ojos, el Paso de lo enamorados.
Leyendas, verdades o mitos hablaban del lugar con delicadeza. Un lugar donde los enamorados acababan con sus vidas. Un lugar de penitencia, de perdón o acaso de afllcción.
Hermanos de sangre, paredes de odio, sangre marchita por el paso del tiempo.
Como única prueba de ello, una regata de tintes rosados. En la cima, una gran piedra de hierro.

Padre Prior pasó con cautela , no sin antes haberse santiguado a modo de perdón.
Estaba ante una prueba de fuego?
Miró el acantilado. Su corazón bombeaba ríos de sangre a la velocidas de un halcón. Su pecho dolorido. Su mente confusa.
Un vistazo al cielo azul. En los cielos Pájaro de Pico temiéndo un final, aparcado en su mente hacía tiempo ya.
Padre Prior en busca de una respuesta. Padre Prior arrodillado, pidiendo un perdón final
Un haz de luz sobre él. Una respuesta de vida.
-Gracias Señor- espetó con sus brazos encogidos cual muchacho temeroso.
El Paso de los enamorados no se cobraría una muerte más.
Un silencio prosiguió al haz de luz.
El Paso de los enamorados, el paso de muertes de amor.

Locuelo, un ladrido.

10 septiembre 2007

Capítulo 80

FAMILIA, LOCUELO.


Locuelo era ya parte de una familia maltrecha por la desgracia.
Sus patas recogidas en escabechina y los ojos risueños.
Delante del fogón su dormir, reposando sus afiladas pezuñas en perfecta sintonía. tiki-taka, tiki-taka.
Sor Monja lo miraba y reía. Era un perro fiel, feo, pero cómodo.
Tan sólo el tiki-taka de sus afiladas uñas perturbaba la paz de una casa, por otra parte, en silencio continuo.
El niño sin nombre no lloraba, su madre ya ni rezaba y a Sor Monja le daba pereza.

- ¿Ha comido ya?-.
- No lo se, no he mirado-.
-No es cuestión de mirar, sino de dar-.
-Déjame tranquila, mira Locuelo, duerme-

El niño sin nombre no lloraba. Aguantaba el llanto del hambre en silencio. No quería llamar la atención sobre su pequeña persona.
El fogón en luminiscencia guardaba respeto por los presentes con su calor. Sus formas recogían la estancia en distintos dibujos a veces caballerescos.
Una mosca llamó la atención de Locuelo. Su boca permanecía paralela al fogón y al reposo de una mosca mal nacida.
Un estornudo y un ademán. La mosca en vuelo-nada que hacer-.
-Este niño tiene hambre-.
-Qué sabrás tu!!. Ni que fuera tuyo...-
-Está comiéndose el mantel-
-Eso es que quiere jugar-

Sin asomo de Padre Prior.
Sin luna sino sol.

Capítulo 79


PERSONAJES INERTES



Desde lo alto podía observar las formas.
Personajes inertes, impávidos ante el transcurrir de los elementos.
Con sus brazos extendidos hacia un infinito cercano.
Los ojos, botones vacíos de expresión. Si acaso, la boca, transmitía un poco de humanidad disimulada.
Sus ropas, un compendio de deshechos. Pantalones y faldas se sobreponían a un simple paño que cubría por fin su cuerpo de paja.
Cientos de espanta-pájaros a los ojos de Padre Prior.
El engaño a la naturaleza ante sus ojos en un horizonte infinito de verdes pastos.

Bajó con sumo cuidado los riscos hasta comprobar la verdadera fuerza de la naturaleza humana- seguimos siendo superiores pero... hasta cuando?- se preguntó.
Quizá- pensó- en un tiempo no muy lejano cambie el orden de las cosas.
Anduvo entre ellos. Los unos con sonrisas a medio acabar. Otros con la tristeza impregnada en un rostro vacío.
Son hermosos, pero me dan lástima. Los tocaba con sus ajadas manos al pasar por delante. Los miraba y pensaba en El Pela.
-Tienen tanta vida como él-
A través de los pastos... cerca ya.

Capítulo 78


UN PASO FIRME Y NADA MAS.


El viento huracanado llevaba tras de sí ramas, hojas y un pergamino hecho mil pedazos.
Padre Prior miró al cielo. Comprobó cómo su pasado más oscuro quedaba así a merced de los vientos del norte.

Un último vistazo fue suficiente. Una mirada y un adiós.
Pájaro de Pico apenas mantenía la firmeza en su vuelo. Una sonrisa dibujada en su pico. Un gesto complacido y satisfecho que emergía bajo las sombras de bosques llenos de almas perdidas.

Tomó el camino hacia la aldea con derecho propio.
Su paso firme, su alma libre.
En su mente, todavía el leve recuerdo.
Nada más.

08 septiembre 2007

Canción.


Rostro vacío


Mirando hacia adelante.
Sin pausa en un rostro vacio.
Se levantó en la oscuridad de un cielo penitente, obsceno en su formas
Una taza manchada y un bollo a medio comer
La mecedora sin argumentos, sin vida.

Es hora de levantarse
Es tiempo de jugar a ser Dios.

La muerte detrás de un rostro vacío de amor
Lágrimas escondidas en una mañana de agosto.
Se levantó en la oscuridad de un cielo penitente, obsceno en sus formas
Es hora ya de terminar con el pasado.

Es hora de levantarse
Es tiempo de jugar a ser Dios.


Una cruz en su frente, borrosa
acaso inexistente
Recordándole un pasado oscuro
Se levantó en la oscuridad de un cielo penitente, espejo de su alma.
Un corazón abierto en mil pedazos.

Es hora de levantarse
Es tiempo de jugar a ser Dios.
Es tiempo de levantarse.
Es tiempo de jugar a ser Dios.

Es hora de olvidar viejos fantasmas, de llenar de nuevo ese rostro vacío.

06 septiembre 2007

Capítulo 77




Tres meses sin saber de ti. La vida se complica mi amor. Necesito de tu perfume, de tu boca y tu sonrisa.
No respondes a mis cartas, mis lamentos y mis moches son eternos. Necesito tu regazo sobre mi pecho. Soñar contigo bajo la tenue luz de una vela y reprochar al señor las injusticias de una vida marchita por la ausencia de un amor que se escapa entre mis dedos.

A estas horas del ocaso es cuando más y mejor recuerdo tu cabello. Tu mirada bajo un claroscuro y tus dientes separados en graciosa anarquía.
Reflejos de hierro forjado a sangre y lágrimas. Lamentos de un pasado reciente.
Son ya 5 años los que llevo sumido en la oscuridad. Sin saber de ti. Sin poder tocar tu cuerpo.

Carlo, hoy habrás cumplido 17 años.
Cinco primaveras sin ti. Cinco primaveras con mis manos...

Responde por favor.

Solo tuyo... Padre Prior.

Un pasado, una hoguera, un punto y final a vida impía.
Padre Prior pergamino al viento en mil pedazos.

Capítulo 76


8:45

El viento azotaba con fuerza. Los ventanales de madera golpeaban con la insistencia del dolor y, los majestuosos techos de madera luchaban en vano contra los azotes de Eolo.
Parasoles agrietados, sumidos en una desesperación por ceñirse a los tejados y no volar en descontrol. A través, los rayos de un sol crepuscular creando formas mortíferas, ecuestres.

Lejos, en lucha con las inclemencias, Padre Prior pensando en cúanto aguantaria en crucifixión el cuerpo oseo del Pela. El azote del viento en zig-zag a través del costillar y en un continuo surcar por concavidades opacas de unos globos oculares ya vacíos.
Un siseo vacío.

El enterrador ventado.
En lágrimas.
Sin llanto.
Tan solo, ventado.

8:46... un minuto nada más.

05 septiembre 2007

Capítulo 75

INFIERNO

De todas las peculiaridades del hombre, la infamia, no la soportaba.

De sus llantos y sus lamentos aprenderéis- explicaba.
No sin antes haber dispuesto unos salmos a cobardes y traidores.

Infamia como pecado universal inherente al ser humano.
De ahí al infierno un paso y, de este al mundo oscuro, un tránsito.

Padre en reverencia junto a un tumulto oseo en disposición de crucifixión. Un lamento y una pequeña oración.
De vuelta a casa con zurrón vacío y corazón limpio. Una verdad antes escondida en lo más profundo de un cuerpo sin alma.

El Pela con mirada perdida tras sus cóncavas aureloas oculares- precioso.

Padre Prior esbozó una sonrisa y dejó tras él un amigo que ya de buena hora pintó ser cofrade.

Hay alguien ahí fuera?