23 mayo 2007

capítulo 43

LUNA EN CEMENTERIO

Una noche en un camposanto. Unos cipreses mirando al cielo y una luna decreciente como una vida en muerte.-ironía-.
Las lápidas, enredadas en ramajes y bosquejos.
Tierra descarnada y seca; bajo ella los muertos.

Luna decreciente que apenas ilumina los nombres de los no presentes. Yacen de lado unos y boca arriba los siguientes.
En cuadrículas perfectas separados tan solo por su muerte.

El enterrador yacía dormido. Su palpitar imperfecto y respiración tenue.
Treinta años llevaba ejerciendo y jamás con tanto tiento.
Once dedos en las manos- uno más como premio-.
Enterrador por su padre que allí nacía muerto.

Su madre escondida en zarzas para que nadie viera su lamento.
Y sus lágrimas, el agua que bañaba la tierra seca por el tiempo.
Madre e hijo separados por un muerto.
- Un padre amable que murió hace ya tiempo-.

Ni un abrazo en silencio, ni un lamento.
Bajo tierra un buen hombre yace muerto.

El enterrador y su madre escondida en lamento
El enterrador quizá tenga pronto nuevo enterramiento.

Era noche de luna decreciente que apenas iluminaba a los muertos.
Una noche en paz con el sonido de un búho en silencio- ironía-.

Madre e hijo sin palabras ni abrazos
Tiempos del pasado, el presente sufrimiento.

Elena en la oscuridad de una noche de luna decreciente.
Elena la luz de un presente…

El enterrador miró entre las zarzas- Allí estaba ella-.
Una estela de luz reflejaba un rostro en mar de llanto.
Incorporó su cuerpo en alto y una mano tendió.
Sus brazos ensangrentados y en su mano la de su madre encontró.

Un abrazo en silencio y después una plegaria al Señor…



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