Carlo se quejaba continuamente de mis alocuciones y soliloquios -claro, él mojaba-
Trepaba por las casas, por tejos indómitos, escudriñándose por ventanucos en flor.
Igual le daba arre que so- auque es verdad si digo que era más de "arre"
Arengas y peroratas contra mí, de mis piensos y diretes.
-No se dice así-
-Quién lo dice eh? Quién!-
-También es cierto-
-Ahí iba yo-
Aniquilaba mis pensares con habladurías y desfachatez. Con lujuria en sus palabras- y en su boca-.
Aniquilaba opiniones de mi silencio, arrancaba mi silencio a oídos de los demás.
Claro, él mojaba.
Un ventanal abierto, un hombre dentro. -Arre, arre qué más da, si ya la tengo dentro-
Un vendaval cegó el resto. Un suspiro, quizá un lamento.
-¡¡Arre, arre!!-
-Huh-
1 comentario:
qué paciencia con este chico...
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