15 abril 2008

Setenta + nueve

POBRE MARIANO PEREZ


-¿Qué son eso?-
-Ojeras-
-¡Santo Dios!-

Colé al pájaro negro a través del tragaluz.- Cierto es que hubiera sido más sencillo hacerlo por la ventana pero…ya se sabe, estas cosas a veces son así-.
María lo acarició como era costumbre en ella y besó mi mejilla.
Al viejo no es que le hiciera la ilusión de su vida pero aceptó de buen modo su presencia allí.
Charlamos amigablemente; el pájaro negro parecía entender cada momento, cada palabro.
Miré al viejo, me dijo-no-

-¿De verdad que eso son ojeras?-
-Sí-
-Huh-

Tras el desayuno, vuelta a su ventanal. Ya no miraba al viejo, se entretenía con lo mundano; Una miga, un niño perezoso, una cabra trasquilada.
El viejo por fin comprendió, el pájaro negro asumió.

-Vaya bolsas-
-No bajan no-
-Huh-

Mariano Pérez disimulaba sus peripecias con extraños comportares.
Pobre Mariano Pérez, confuso él.
Recoge hojarasca como alimento
Pobre Mariano Pérez, cabezóniko.

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