08 enero 2008

Capítulo 192

CUAL PAVO POR MONCLOA


La mañana amaneció triste. El sol, que hasta entonces había brillado con la fuerza de una estrella en movimiento, parecía resguardarse tras las nubes como el niño esconde su cuerpo bajo las sábanas por no ir al colegio.
Un día oscuro que parecía no tener amanecer, que hinchaba de pereza los cuerpos de unas gentes ya de por sí perezosas.
Iran que, con esfuerzo y ahínco había vuelto por sus fueros y que de no ser por ella muchas de las cosas que ocurren no tendrían sentido, desperezaba su cuerpo pintando su cabello color plata pollo.
Pájaro de Pico, permanecía sentado en un diván de nueva construcción a la espera de un momento mejor y Gallo de Pico Ralo… ese, ese… ni un movimiento, ni un graznido ni nada. Dormía solapado por su cresta dorada recién pintada.

Un paseante entre los demás destacaba por su misterio. Recién llegado del bosque cercano y con pluma en la mano.
- Y he de decir que aquí me encuentro por un hombre, El Pela, muerto-
Sor Monja lo escuchó con nitidez. Frecuentaba por doquier su mano bajo las sábanas cuando esa voz le despertó del sueño.
-Espero que tenga una buena escusa para interrumpir mi modo ( mexicanismo).
-Y es cierto que lo tengo pues conocí al muerto sin vida y al hombre que lo crucificó en muerte. Su nombre, Padre Prior-
-Haga el favor de pasar a mi morada pues tan solo mi mano he da lavar y tras ello le daré de desayunar-
-Así se lo acepto de corazón mujer hermosa que los años que tenga, si no son veinte, quizá treinta.-

El rubor asomó por la tez de Sor Monja como quien se exhibe cual pavo por Moncloa.
Iran, de blanco pollo, sonrió y cantó.

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