08 enero 2008

Capítulo 191

EL PASEANTE EFICAZ


El paseante de nombre raro y apellido confuso tendría cumplidos los 50.
Era de porte normal, con sus dos piernas y unos ojos saltones que bien pudieran asustar.
De modales exquisitos y buen hablar, dulcificaba sus palabros si con dama hubiera de dialogar.
Versos inocentes en principio, que no a su pesar, cambiaba el ritmo raudo para así impresionar.
Y no era por eso extraño que de los modales exquisitos salieran formas divinas pues, del arte del zalamero, era el rey del lugar.
Y si la dama era bella o vulgar, palabras siempre dotadas de hermosura de su boca susurrar.
“galimatías”, “ternura”, “encimas” y “golondrinos” es un comenzar.
Y así los ojos de las damas iluminaba y no es poco, pues la sonrisa era divina y más aún en su despertar.
Pájaro de mucho cuidado que sin volar, fornicaba a las damas de aquel lugar.
Con sus dotes zalameriles y su desparpajo al hablar, su alcoba nunca vacía… dos y tres, por probar.

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