28 noviembre 2007

Capítulo 158


TIERRA ROJA Y MALVA


Un muchacho con el pendón en sus manos acompañaba con habilidad y miedo al mariscal de campo. Las bajas habían sido cuantiosas los últimos días y el hambre y el cansancio se reflejaban en los rostros de unos hombres valerosos pero sin conocimiento en las artes de la guerra.
Una arenga final para acabar con el infiel. Una arenga de vida o muerte por una tierra fuera de pecado. Los mayores animaban los frágiles cuerpos de los jóvenes que, llenos de lágrimas en sus ojos, veían cómo se acercaban al final de sus días. Rezaban los que sabían y los demás lloraban sin acordarse más que en una madre, otros, en la amada.
Entre ellos se encontraba nuestro enamorado de nombre secreto. Aquella mujer a la que juró amor eterno y que ella respondió con una lágrima, la última, un abrazo y un adiós.
El miedo recorría un cuerpo delgado por el hambre que apenas una espada pudiera blandir.

-Amada mía, si Dios existe y tiene a bien hacerte llegar de algún modo estas palabras de amor y muerte, quiero que sepas que te he amado cada minuto de mi desgraciada vida. Que tu amor me sacó de la pobreza, que me hiciste feliz aquellos días donde el hambre y las penurias eran mi mayor condición y que si no hubiera sido por ti, mi corazón hubiera dejado de latir.
Quiero que sepas que hoy lucharé por nuestro amor como un valiente. Si he de morir, que sea pensando en ti. Te quiero.-

-Al Ataqueeeee- se oyó.
Miles de soldados en avalancha final con espadas al viento. Apenas cincuenta caballeros con la cruz en su pecho, el resto, valientes soldados famélicos y cansados sin apenas un suspiro final que dar.
Muertos por las hordas enemigas, esparcidos por un campo de batalla infestado de cuerpos sin brazos, cabezas y piernas.
La tragedia de una batalla impregnada en una tierra roja y malva.
Arrodillado por el final, implorando el perdón, con la cabeza gacha frente a su contrincante. Lágrimas en unos ojos llenos de miedo y dolor.

Veinte años preso
Veinte años de amor y
por amor

No hay comentarios: