06 noviembre 2007

Capítulo 126


DE VEINTE MURIO


Jonás estaba tendido sobre el suelo.
Adoptado de por vida en territorio ajeno de cultura siniestra, mostraba una indiferencia total hacia el mundo exterior.
Era tiempo de reposo y meditación. Sus ojos cerrados y un hablar crepuscular, inaudible.
Un manto bajo su cuerpo y una llama de luz, nada más.

Un golpe en la puerta y tras éste, uno más.
Jonás, nublado por la meditación cuchillo en mano.
Abrió la puerta y asestó hasta veinte puñaladas al pobre hombre que, oculto tras una túnica negra había ido a ofrecer excusas por su pasado- siempre el pasado-.
Al descubrir la túnica de un rostro ya ensangrentado vio la luz de unos ojos vacíos de no más que quince primaveras.

-Quién eres?- se preguntaba sin cesar en profundo llanto.
Apenas un hilo de voz salió de su boca para decir- Tu hijo-.
-Hijo mío, perdoname-
-Padre, ya estaba muerto en vida. Tan solo has acabado con mi cuerpo-

Lo tomó en brazos y con llanto en sus ojos gritó.

Padre Prior miróen lontananza.
Pájaro de Pico, en los cielos, lo miró con ojos asustados.

Un grito en lo alto de la colina.
Un río de lágrimas, otra omilía.

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