05 noviembre 2007

Capítulo 124


PREGUNTAS SIN RESPUESTA


Las hojas de los árboles caían con la felicidad del deber cumplido. Un año más habían sido pasto de insectos, cobijo de pájaros y sombra del verano. La mañana, gris en su amanecer, resolvía por fin un sol filtrándose entre las nubes. Destellos anaranjados que envolvían el día en colores y formas majestuosas. La hojarasca, el viento y el rocío hicieron el resto.

-Ha sido un buen responso. De los mejores.-
-Y mejor entierro. Ahí ha estado usted muy bien Padre Prior. No se ofrece usted al puesto vacante de enterrador?-
-Jajajajajaja-rió éste antes de decir:
-Mi sangre no está aquí, sino sudor y penitencia-
-Los allí presentes asintieron y marcharon en silencio-.

Pájaro de pico en sombra de una tierra marcada por la muerte sobrevolaba los cielos con el placer de ver un hombre bueno.-pío, pío, pío- el muy parlanchín.

De camino a casa, unas palabras:

-Cómo supo que tenía yo al abuelo Bantú?-
-Jajajajajaja- rió Sor Monja.

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