29 mayo 2008

Cien + 25

LA PUERTA, EL TIEMPO


Amanecí con un beso en mis labios; correspondí sin que el rayo pudiera siquiera tocar el suelo.
Con la sonrisa puesta, sentado, comencé un escrito un tanto tardío.
El pájaro negro me saludó pezuña al viento- un ademán muy suyo sin duda-

Embriagado por la naturaleza de las cosas, y sin más alcohol en mis venas que lo presente por el pasado, estiré mi dedo gordo del pie en cortesía final.

-Santo Dios qué frasecita-
-Confunde-
-No, no confunde no.
-Te iteras en el no-

Llamó a la puerta sin esperarlo. Rugió la luminosidad de su rostro, su sonrisa, y el rosa de sus pies.

El tiempo- puto tiempo-.
Una frase que por siempre odiaré pero que, en definitiva, todos alguna vez utilizamos.
-Dejemos pues que transcurra, no hay mayor problema-

Con contractura sexual en la espalda, entumecido su cuerpo por un postural imposible, laborando estaría.
Le recordé en mis pensamientos, en un escrito, en tiempo record.

Abrí la puerta de par en par…

Iran, pintaba sin cesar todo cuanto reflejaba mi rostro.
El cuadro parecía perfecto. Un mundo multicolor escondía el gris del cielo.

Abrí la puerta...

-Y Yoyiko?-
-En los mares sur, laborando también-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que decirte, mi confidente: CABRON, pero te quiero¡¡¡¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Que decirte, mi confidente: CABRON, pero te quiero¡¡¡¡¡¡¡¡

Kakan dijo...

No está mal k le kieran un poko a uno... aunke sea un cabroncete...