29 mayo 2008

Cien + 26

BADALONA


Era de Badalona. Ni su aspecto sabía.
Ni siquiera si era hombre o mujer- menos, su estado civil-.
Pero ahí estaba todos los días, una entrada tras otra, en silencio, sin meter ruido, leyendo en la oscuridad.
Pensé homenajear a la persona en concreto. Escribí estas líneas- donde se unen pasado y presente en una forma sintáctica quizá errónea-.
Sin pensar en lo escrito, sin más mérito que unas palabras a modo de agradecimiento.
Era de Badalona, sin aspecto conocido.

Para un Pamplonica, hablar de Badalona es recordar.
Recordar un viaje de 7 horas en recipiente alargado con ruedas y sillones estrechos.
7 horas que, en la ida, flanqueaban sonrisas a uno y otro lado.
7 horas de vuelta donde identificar una sola sonrisa era como encontrar un pez en un río sin caudal. (Lo del pajar y la aguja… demasiado obvio)
Allí nos esperaba un jefe vestido en vaquero negro, camisa del mismo color y pañuelo al cuello.
Al gritito de “one two thre”, un sha la sha la la la la la…

Badalona… en mi recuerdo.
Cuatro chimeneas en el horizonte, frente al mar.
En la oscuridad de unos focos, podía escucharse… “ one, two, thre” y
Vuelta a empezar.

Badalona… ni su aspecto sabía…

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