10 marzo 2008

Cuarenta + seis

LA NIÑA


La angustia apenas duró diez minutos. La Niña no aparecía por ningún lado, ni riesgo había de ello.
-¿Qué?-
-Espabila y piensa-
Sin pájaros que contar, pues en muerte tan sólo la vida has de dejar pasar, ¿quién contaría los pájaros del lugar?
El libretín negro enfangado en sangre, caído, cual ángel, con sus hojas profanadas en pecado capital.
Zamaél te espera viejo, duerme por siempre en brazos del diablo. Quema tus pecados en las llamas del infierno.
-Se ve que no le tenías aprecio-
-No fui yo quien lo llevo a los brazos del diablo-
-Y cómo es el diablo, acaso tiene barba?-
-No, abigotado, media melena y la raya a un lado. Bien lo describen así aquellos que lo han visto-
-Y vive?-
-Como Dios, está entre nos, con alma perdida y cuerpo humano-
Lunes, tras domingo voteril.

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