07 marzo 2008

Cuarenta + cinco

MUERTE ENTRE PAJAROS LIMEROS


Una jarra de agua, curva, tamizada por pintura rupestre con gavilán en vuelo e infrahumanos en lanza.
Un vaso vacío iluminado por los rayos de un sol retraído. Sombras y juegos de luz en un techo sin más decorado que una lámpara de fuego.
La mesa, rácana en alimento; las sillas, fantasmas.
Una jarra de agua, curva, sin nadie a quien saciar la sed.
Las venas enjauladas en cuerpo y piel.
Un cuchillo sobre la mesa, sangre y muerte.
-¡Santa Madre de los esclavos!-
-Shhhhhhhhhh-
Cuchillo en mano, sangre en jarra, sonrisa en un rostro vacío de amor.
Un diablo negro muerto en pecado de suicidio.
-Madre mía, un muerto más-
-Así es, murió sólo, en silencio, sin una lágrima que cayera por sus ojos. En pecado.-
-Y el libretín negro?-
-Es pronto para ello, sabréis de él-
El agua ligaba con ríos de sangre. En el techo, formas fantasmagóricas abrazaban un cuerpo en muerte.
En un ramal desnudo, no menos de veinte cuervos limaban sus zarpas con sonrisa en sus picos.

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