PADRE, MADRE Y...
Todo parecía tranquilo. Los lugareños despertaron con la paz interior de un muerto merecido. Se saludaban entre ellos con sonrisas inequívocas, satisfechos del buen hacer. Nadie más mataría a un niño indefenso.
Padre Prior entró por la puerta.
-Buenos días tengan señoras. Desayunarían conmigo esta mañana?--Padre Prior, qué alegría verle un día como hoy. Claro que sí. Pase uted. Pan y leche?-
-Y cecina por favor-
-Y que le trae por aquí tan temprano?-
-A decir verdad, la curiosidad. Ayer al marchar vi algo extraño en su hijo. Estaba dentado y tenía una sonrisa peculiar-
-Mi hermana, que creo que se está volviendo loca, dice que está endemoniado. A donde vamos a llegar? Esto es de locos-
-Si loca está, al maricomio irá- rió.
En esos instantes apareció Sor Monja con atuendo infernal. Capa roja y negra hasta los pies, capucha del mismo color y un gran crucufijo en su pecho.
-Padre, ese niño... sonríe endemoniado-
-Veremos, veremos. Traemelo por favor.-
-Deja al niño en paz, duerme-
-He de verlo Elisa, confía en tu hermana.-
Un niño dormido con sonrisa dentada. Padre Prior llorando, rezando.
-Qué ocurre Padre?-
Llanto de muerte...
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