18 septiembre 2007

Capítulo 92

EL ARCOIRIS



Las cuatro de la madrugada en un reloj de arena.Dulzura en un precipitar sosegado, paulatino, de color beige.
Padre Prior no podía dormir. Su largo peregrinar por mundos lejanos y, el lecho donde acomodó su cuerpo impedía una rápida adecuación.
Pensó en El Pela. Recordó momentos y conversaciones con él y sonreía para adentro.

-Padre Prior, acérquese-
-Qué ocurre Pela?-
-Mire allí, en lontananza puede verse un arcoíris de reflejo sin fin-
-Obra de Dios, afirmo.-
-Obra de la lluvia filtrada, asevero yo.-
-Pela, eres como Dios te hizo.-
-Mi padre y mi madre en algo coloboraron señor.-

Esa conversación dejaba bien clara la imperturbabilidad del Pela.
Padre Prior rezó por él esa noche.
-Padre nuestro que estás en los cielos..."
Cerró los ojos en la soledad de la noche y descansó por fin.

Tiki-taka, tiki-taka. Locuelo intranquilo. Las noches estrelladas lo confundían. Miraba al cielo y pensaba en cientos, miles de ojos que lo observaban.-perro tímido.
Ni una nube que solapara el cielo estrellado. Ningúna niebla que sumiera sus cielos en ojos vacíos.

Su pezuñar caminar despertó a Sor Monja.
Preocupada por Locuelo, se acercó a él y un susurro en su oreja dejó. Locuelo la miró, puso su ocico en sus manos y durmió.

Una noche cerrada de ojos brillantes dio paso a un cielo azul, sin nubes, sin llantos.

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