Las pistas llevaron al inspector directamente al cementerio. El enterrador dormía en su lecho con piernas cruzadas y brazos sobre el pecho.
-Postura ad-oc- Pensó para sí el inspector.
Sin lupa ni sombrero.
El caminar preciso del inspector hizo despertar al enterrador. Un bostezo y un estiramiento. Sin nervio alguno en su rostro y con tranquilo movimiento, saludó al inspector.
-Perdón, me quedé dormido ayer-
-No pasa nada, sin trabajo... es fácil hacerlo-
El enterrador notó ironía en sus palabras o, acaso era su imagnación.?
-Tiempos de entierro ya pasaron-.
-No me hable usted de ese modo por favor-
-Perdón, perdón-.
La conversación se tensaba por momentos.
-Veo que tiene usted una pala. Hace uso de ella?-
El enterrador no pudo más que testificar. El interrogatorio inteligente había acabado con su seguridad.
-Lo siento inspector... estaba tan aburrido-
Sin lupa, sin sombrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario