18 septiembre 2007

Capítulo 91

LUGARES Y...



Uno, dos, tres, cuatro...- Pablo de Cafur contaba sin cesar sus dedos hasta veinticuatro y volvía a empezar.- Catorce, quince, dieciséis...-.
La mañana, fresca en sus comienzos, había dado paso al un sol abrasador.
Una nube, no más en el horizonte y sin presagio alguno.- extraña frase.

Una celda oscura y un ventanal. En sus adentros una triste figura opaca apenas visible si no fuera por su llanto. La luz que filtraba la ventana jugaba con la transparencia de unas lágrimas infinitas y un llanto feroz. En enterrador continuaba en sollozo y en busca de un perdón.

A siete días de un entierro,
a siete de su propia incineración.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete.

-Respira ya?-
-Parece que sí, se le escucha ya-
-Pues ahora, dale de comer-
-Parece que tu único interés está en que el niño sea gordo.-
-Es que no muera hermana, la muerte demasiado nos ha visitado ya-
-No se, no se. A veces me despistas con tus argumentos.-

Pablo de Cafur, encerrado en blanca habitación de techos lacados, permanecía a la espera.

Un docente apareció,
un docente su rostro de lágrimas lo cubrió.
-Aquí estoy-

En una oscura celda se escuchaba un llanto y un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.

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