18 septiembre 2007

Capítulo 90


SIN RESPIRO


Una entrada austera daba paso al recibidor. Tras éste, una gran puerta de madera conducía hasta las dependencias personales de Padre Prior. La habitación, de enormes proporciones, era si cabe más austera.
Almohadones turquesas y mantos lilas en el lecho. Grandes cortinas malvas en los ventanales y muebles rococós en un rincón.
Una gran chimenea con aceros y dorados apliques en el centro y un gran orinal de porcelana a sus pies.


A las once comenzó el repicar de las campanas. El funeral por la pobre cría comenzaba y el pueblo entero, engalanado con sus mejores ropajes, disponía su entrada a templo.
El sacerdote engalanado comenzó su responso y miles de llantos se escucharon alrededor.

-buaaah , buaaaaah- el llanto de un niño.
-Te dije que tenía hambre-
-El pobre se aburre, solo es eso-
Sor Monja ruborizada por el acontecer tapó la boca del niño sin nombre.

El silencío se hizo y el niño...

-Hermana, creo que el niño no respira-
-se habrá dormido-
-No, no respira-
-Pues espera un poco. Tan sólo falta el último salmo-
-Tu sabrás-

Un repicar de campanas y un cántico puso fin a un funeral.

-Salimos ya?
-Venga, pero no corras, puedes tropezar-.
-A ver?-
-A ver qué ! No hay nada que ver, sino escuchar-
-También es verdad. Pues... no respira no. No escucho nada.
-Lo has matado de hambre-

Fuera, soledad.
En la celda, un hombre sin piedad.

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