10 febrero 2009

Capítulo 93

LA CASA

Esa noche estuvo lloviendo a conciencia así que, los pájaros, durmieron como juntos, pero en mojado.

Las casas, con sus nidos taponados por desaprensivos, no eran ya refugio y, los bancos de la plaza tampoco resguardaban lo suficiente.

Así pues, cuando me encaminé al trabajo, los veía estornudar-pff,pfff-.

Recogí, cual Padre Prior, unas cajas de cartón maltrechas por el viento de la noche y las dispuse de tal manera que si jaulas fueran, las más hermosas serían.

Corrieron a saltos hacia ellas como posesos sin nada y cobijaron sus pequeños cuerpos al resguardo de su nueva morada.

Sin papeles, sin resguardo.

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