06 febrero 2008

diez + nueve


EL DIABLO NEGRO


-¿Y el diablo negro?-
-Carlo llamaba así al cura-
-¡Jodó!-
Era un hombre que deambulaba por las calles, contaba pájaros y los anotaba en un libretín color negro. Todo él era oscuro, hasta sus ojos.
-Y las homilías?-
-Intensas, oscuras, sin un candelabro que iluminara una bancada vacía de ornamentos-
-El diablo negro, curioso personaje-
Os contaré un poco más de él.
-¿Cuando?-
Si la mañana amaneció triste y confundida por una lluvia que revestía los cristales de las ventanas en carreras goteriles, la tarde quedó inundada por los rayos de sol reflejados en los dientes de María.
Carlo, aún en su semidesnudez, enmudecía para escuchar las palabras que deslizaba María a oídos del viejo.
-Y el pájaro?-
El pájaro, de ladín, arrimaba su oído al ventanal. Si escuchó algo de lo que dijo, nunca lo supe.
Permaneció así antes de que el reflejo de los rayos del sol en el cristal cegaran su ojo avizor.
El diablo negro anotó en su libretín negro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver quién dice que ahora me trinco a los curas...

Anónimo dijo...

hombre...hay curas...y curas...

Anónimo dijo...

yo tengo una foto de carlo con una monja...

Kakan dijo...

jajajajajjajaajja ya me lo veo titandose al diablo negro...