08 febrero 2008

Veinte

El PARCHEADO


Aquel pájaro era increíble. Aun con su ojo avizor abrasado por el fulgor de un rayo impenitente, aun con el ojo abrasado por el reflejo de un sol acomodado a la cercana primavera, continuaba mirando de ladín, imperturbable, con parche.
María alucinaba por momentos. Cada vez que miraba al pájaro, éste había cambiado de indumentaria.
sin impermeable ni gorro y con parche en un ojo.
Me miraba poniendo cara de asombro a la vez que sonreía con sus dientes blancos recogiendo el sol de la mañana.
El viejo, sentado, sin dar más importancia a cuanto ocurriera al pájaro negro.
-¿Ha visto usted eso? pregunté.
Con un ademán de su mano me hizo ver que lo que pasara tras la ventana no era de su incumbencia.
Sabía de su odio por ese pájaro pero carecía del por qué.
Un parche en su ojo…
-Es curioso, de donde sacaba esas indumentarias? Acasoera un súper héroe?-
-El pájaro negro tenía sus tramas ocultas. Nunca lo veíamos cambiar-
-Y Carlo?-
Cuando tuvimos oportunidad de verlo de cerca, vimos que el parche del ojo no era más que una semi-gasa color negro.
Carlo me miraba y con su dedo me mostraba su semidesnudez a la vez que reía como una hiena.
El diablo negro apuntó en su libretín- con parche, de mañanas-.
De dos volteretas me encontré en la cocina.
-Pero lo que ocurrió después, más tarde lo contaré-

No hay comentarios: