15 febrero 2008

Veinte + siete

SUTIL

Arañazos en la puerta, tres.
Un sonido tenue, casi imperceptible, lento y suave.
Arañazos en la puerta, tres.

Volteé mi organismo como era costumbre para llegar a la puerta. Desde la mirilla nada se veía.
A lo lejos, el diablo negro me sonreía mientras anotaba en su libretín negro -pájaro de ala roja…... 2-.
Retiré la mirada sin complejos y volteé mi cuerpo de nuevo hasta la cocina. Allí, entre manjares de tierra y mar, anduve repitiendo sin cesar una canción casi olvidada “State trooper”.
Al momento, un sonido tenue.
Arañazos en la puerta, tres.
Arrastré mi cuerpo esta vez cual comando en batalla, sigiloso y raudo, sin más sonido que los arañazos en la puerta, tres.
Miré de nuevo a través de la mirilla, nada. Al fondo, un par de murciélagos sobrevolaban el cielo en azorado vuelo, más allá, María, en eterna sonrisa.

Arañazos en la puerta, tres.
Y una canción que no paraba de repetirse en mi cabeza....



No hay comentarios: