15 octubre 2008

Capítulo 26

LA VIDA 

Un tanto tristón, agobiado por los hechos, los trechos, por todo un poco.

Se sentó al borde de una silla, con la mirada perdida, mirando más allá de cuatro paredes y un teléfono. Miró a su alrededor buscando un lugar, un sitio donde pudiera estar a solas un tiempo que no tenía, un tiempo que se le echaba encima y no le dejaba apenas respirar. Buscó la paz donde no había más que follones y problemas que quizá uno mismo se buscaba, que quizá otros tantos los merecía y otros no.

No tenía nada que hacer; tan sólo, que pasara el tiempo.

Al tiempo, lejos de allí, Arturo moría en regazo de nadie. Perdido en el silencio de la insignificancia. Sin más dolor que lo perdido, que lo que no ha vivido...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tenía tanto que hacer... Tan solo vivir... Tan solo llorar...o reir. Sentir y gozar. El gozar de conocerse...De sentirse. De saberse. Y al final, todo sirve para algo... Todo.