EN LA OSCURIDAD
Y las alas?
Ahí estaban.
Permanecían intactas, luchando por un lugar en un cuadro lleno de encanto en un regalo para los ojos de quien ha amado, ha querido y ha deseado.
Y no se nublarían jamás a mis ojos por mucho dolor que me infringieran, pues las quiero, son mías, mías fueron, mías lo serán.
Y el resto?
Permanece, en silencio, pero está.
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