18 marzo 2009

capítulo 133

FULGOR

Y el sol tamizaba mi rostro de un moreno incipiente.

Los ojos- los verde esmeralda- eran puro fulgor.Obnubilaban a las damas despistadas. A quienes parecían no entender y, menos adivinar, de donde salía semejante luminosidad. 

Con el pelo corto ya, con la ansiedad de mañanas enteras tumbado al sol.

Y la sonrisa imperfecta asomaba, y los pájaros de la ciudad cantaban canciones sobre burros celestiales y bajo mi fachada un tanto triste, asomaban las primeras alegrías.

Cierto es que nada es perfecto- lejana queda la perfección- pero con la paciencia, que jamás me había caracterizado,quizá me acercara a una especie de satisfacción interior.

Momentos hay para sufrir-que los tuve y en demasía-.

Es tiempo de vivir y olvidar!

Hoy me ha visitado un ave particular. Lejano, quizá ausente. Le he saludado en silencio, con una media sonrisa, con la complicidad de quien no se ve sino en sueños.

Hermosura...

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