ADIOS; ADIOS
Siete patadas después. Con los tobillos marcados y el corazón en rojo, marcó el segundo.
Desperté tardío- algunos recordarán a pájaro de pico ralo-.
Ni sonreir pude. Ni la alegría del día anterior pudo hacer mueca en mí.
Podríamos decir que medio-desperté porque, despertar, creo que jamás desperté ayer.
Las emociones pudieron al resto, el resto carecía ya de importancia.
Primo volvió de st travesía, de tirado y con su moustache- cual delincuente-
Era hora ya de volver a trabajar...
Lunes, de muerte, sin el frío...pero de mirada mortal.
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