DOS SUSPIROS Y UN ARROZ
Sin mirar estadísticas que nublaran mi razón; haciendo caso omiso, evitando así, la ansiedad de un escrito mal parido, recorrí los aspectos más oscuros de mi vida.
Me gustaba el arroz. Pero a pocos y, de vez en cuando.Eso sí, cuando comía... acababa con sartén entera. Tambíen es verdad que, entre txipirones en su tinta y el arroz... eh? eh?.
Oscuridades que tiene uno- que las hay-.
Moustache... me lo pensé de nuevo.
"Quizá"... ese palabro que tanto gusto y apoyo me da.
Apareció de pronto, como camisa recién regalada. Inició su aproximación con contoneo discreto y exhaló un primer suspiro. Al mirarle a los ojos, comprendí que quedaría lejos de mi alcance.
Dos botones apenas de una blusa en blanco.
Con el segundo suspiro... tan sólo quedó uno.
Miré a un lado, miré al otro
Miré al centro y...
-¿Y?-
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