LOS LADOS OSCUROS DE LA MENTE
Mientras esperaba sus respuestas escribía sin cesar. Un escrito sin mayor exceso que el aburrimiento de la espera.
Decía que trabajaba.; decía que no podía ir más rápido, pero entonces? cómo era yo capaz de escribir y leer a la vez que ella trabajaba? Acaso era mi lado femenino?
Las respuestas se demoraban en el tiempo. Mis dedos cada vez eran más rápidos; mis acentos perfectos, mis labios... secos.
Me encendí un cigarro- los puretas lo prenderían-. Miré la pantalla, una respuesta más, de lo más corta... seguí escribiendo.
En la radio hablaban desde Sarajevo; en mis escritos, el vacío de cuando poco ocurre.
Recordé su sueño, sus ojos y perdoné el olvido.
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