09 septiembre 2008

Capítulo 3

SONIDOS APAGADOS


Dejó de sonar, lo esperaba- su sonido- mas... silencio, nunca llegó.
Miraba cómo pasaban los minutos, las horas y los días.
Silencio.

Esperanza de un sonido, nada más. 

Sonido que duela, acompañe y, quizá mate.
Cualquier cosa era mejor que el silencio.

Cerré los ojos ensimismado en una pesadilla donde mis dientes eran grandes y blancos en un lateral y como siempre el resto.
Sueños extraños sin duda.

Siete ojeras acompañaron mi despertar.
Siete ojeras, tantas como pesadillas en la noche.

Antes, silencio, nada más que, silencio.


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