LLEGÓ, SE FUE
Llegó la tan temida respuesta.
Llegó el definitivo adiós.
En una maleta guardados
Partieron para no volver
Miré a la gaviota sin respuesta -pues jamás le pregunté-.
Le dije:
- Adiós. ¡ Qué mas da!-
Me miró sorprendida, sin saber.
Di la vuelta, miré el camino.
Volvería a andar.
Cerré los ojos, respiré.
Tras un profundo suspiro, emprendí la marcha.
Con los pies descalzos por un camino de piedras que, con el caminar, con el tiempo, quizá en arena convirtiera.
Saludé a la gaviota
le sonreí
Partí
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