04 diciembre 2007

Capítulo 160

RAYO


De verde oliva y con sombrero para tapar. Zapatos de tacón grueso y finos modales al andar. Sor Monja, aderezada de vinagres del norte en un cuerpo cambiado. Una sonrisa en sus labios, colorido en los flancos.
Saludaba sin desprecio y con afanes ostensorios a quienes cruzaran su paso. Gentes que antaño temían la oscuridad de su mirada amanecían al nuevo encuentro.
Se acercaban a ella con abrazos y rosas que regalaban con sonrisas infinitas.

-Qué le habrá pasado?- Se preguntaban sin descanso.
-Quizá haya sido un rayo Mcqueen-
-Qué? Nada, nada.

Con su sonrisa permanente- como el cabello- y sus colores relucientes- como el sol que iluminaba las montañas- Sor Monja paseaba su cuerpo en un ir y venir de felicidad complaciente.

-Por cierto, a qué venía lo de rayo Mcqueen?-
-Iran lo sabe, esa chiquita es de agradecer-
-Y eso? A qué viene eso?-
-Menos preguntar y más disfrutar querida-
-Esto es de locos-
-Pues al maricomio-

Unos tacones anchos con los que caminaba acompañada de un perro de ojitos divinos y una canción:

-El amor en silencio
De un pasado
De un presente
Austero y maravilloso
Un recuerdo imborrable
Mi sonrisa sin resuello
Te quiero y te querré
Aquí te espero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy estoy tan triste...
tengo el alma gris, cansada.
Tierra propicia para las penas.
Para el placer, tierra negada.
Espejismos vanos
que a todas almas confunden
Estoy buscando mi risa.
No puedo reir,
Me endurece los labios
un agror de ceniza.

Kakan dijo...

Bienvenida!
Cada vez te explayas más!
Poeta anónima, amiga anónima.