10 diciembre 2007

Capítulo 167

RAZONES MIL


Heladio resultaba un hombre incómodo por su estatura.
Un producto de la naturaleza recibido en carne como quien recibe bebé de cuna.
De barba negra-como el pirata-.
Su mirada inmediata, persistente.
Sus manos poderosas y su tez, pálida, pero ambiciosa.
Heladio vendedor de cajas en frontera.
De media luna su cara, alargada, madura.
Adriana, su mujer, desnuda.

Y Locuelo miraba al horizonte con sus ojos perdidos en él. Y recordaba un baile imposible.
Y a una novia.
Y su muerte.

Y no lloraba, por orgullo. Y no marchaba, por corajudo.

Y Padre Prior con su caja nueva y Sor Monja, todavía en espera.
Y es lunes y lo cuento.
Razones mil.
Tan solo es un cuento.

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