04 julio 2008

Cientocuarentaytres

MAÑANITA 2


Ahí estaban los ayer sudorosos, sudando de nuevo. Con sus prisas, sus lamentos y gritos. El ruido, ensordecedor; mis nervios, perturbados sobremanera.

Era perra dálmata, preciosa. De ojos sinceros, risueños, encantadores de serpiente.

Un capullo dijo:
-será culebra más que serpiente-
A lo que el graciosito del grupo respondió- más bien angula-.

A todo esto, el hedor era principesco, festivo, abroncado.

Y yo, esperaba paciente, sin contestar, durmiente, apaciguado, sonriente...

Sin nadie que perturbara mi escrito, sin apenas nada más que un dálmata de colores cambiados.

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