PALOMO
Miré unos instantes hacia mi izquierda. No miré más.
Miles de chicas extranjeras, como clonadas, paseaban sus clonados cuerpos por la ciudad. Alguna, incluso con grandes tacones por la playa... ellas son así. Yo, lejos de mirarlas, como un buey, zuzen- zuzen, sin desviar la mirada, con el orgullo y el saber estar intacto...
El Gin me supo a gloria ( 7,50 euros ) lo merecían. Ahí estaba el palomo, en descanso y postura sin igual- reposaba-.
Yo hacía frente al sudor de mi cuerpo empapándolo en agua. Y es que "litros de alcohol corrían por mis venas Sanfermineras".
Más tarde, hacia las seis de la tarde el palomo y yo....
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