28 julio 2008

Cientidiez

LAS NOCHES


En la madrugada las cosas se ven distintas, como más oscuras. 
Las sombras del siempre presente Lucifer acojonan al instante. Floreros y marcos, si los hay, asemejan figuras de corte dantesco y, los almohadones, parece que le miren a uno con sonrisa pecadora. 
Madrugada de terrores en soledad.

Pero es verdad que siempre amanece- excepto en muerte- y que, de aquellos temores, hacemos olvido. 
El miedo.

Miedos hay que se comparten, otros no -es lógico, no más- 

Una mañana de sudores, de calor impregnoso -prodigioso vocablo- de amaceceres extraños.

Un día más, en silencio, en espera.

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