MOMENTOS INTRASCENDENTES
Pequeño Pájaro, ese ser, de nuevo en tormenta de sensaciones.
Vagaba y vagueaba- pero con clase-.
Iba de un lado a otro con las esmeraldas iluminadas; envueltas en una neblina que no dejaban percibir la multitud de colores que adornaban sus blancas pupilas.- discreto él-
Cual modesto, que no de nombre que ya lo tenía y- bien bonito-, paseaba de una pantalla a otra con la ligereza de pluma caída de los cielos.
Despejaba dudas y alimentaba otras. Cordero de Dios- dijo uno sin venir a cuento-
En la calle, el sol y una madre despistada; tres críos bigote peluson incluído y una niña de edad complicada con atuendo imposible paseaban sin saber adónde.
Mientras, Pequeño Pájaro esperaba la oportunidad de sonreir una vez más.
Momentos intrascendestes a la espera de algo mejor.
Una visita, una mirada, una sonrisa, un plátano, una lenguita.
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