05 junio 2008

Cien + 30

LAGARTERO DE NOCHE


El conejo andaba despistado; Un burro sin orejas, perfilado a un lado, lo miraba con estampa.
El cercenador de almas, con pala en mano, cavaba cual enano de cuento y, un pájaro de alas escarlata piaba, volaba, amerizaba en mares extraños.
Con mis cosas revoloteando por la cabeza, tenedor en mano, comí- que también lo hago-.
Con mis cosas por la cabeza, me puse una gorra marinera.
A estribor, Carlo oteaba el horizonte por un viento mejor. A babor, una damisela tomaba el sol.

Un lagarto sotonero en la pared nos miraba con dulzura. Con sus ojos abiertos, en la penumbra de una noche sin luna.
-El típico- dijo Carlo.
A mí, en realidad, no me gustaba compartir morada con eso.
Lejos, en tierra, una rosa.
La miré, el viento la volvió hacia mí; sus pétalos sonrieron y, con una de sus hojas, me saludó, me dio las buenas noches.

El sol golpeaba con fuerza; mi cuerpo tendido, disfrutando de una brisa; Con el viento azotando la vela mayor, en reposo total…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que ya hayas partido

Kakan dijo...

Hay veces k me adelanto a los acontecimientos...