AQUELLA NOCHE EN EL BAR
En un bar tan pequeño que se llamaba Pulga. En una oscuridad donde tan sólo se veían unos ojos centellear y una sonrisa preciosa. En un bar que pocas veces frecuento.
En un fin de semana lleno de sorpresas donde el pasado de unos se reencontró con el presente.
Y los pájaros- siempre éllos- escondidos, agazapados tras un muro de sensaciones nuevas.
Hubo uno que piaba, otro que incluso ladraba- sería un loro?-
Las patitas enfundadas en calcetines de colores primaverales, con las katiuskas puestas.
Y la morenita? Ahí estaba, sonriendo, centelleando.
Lejos,-cerca del infierno ya- mis pasos se aceleraban intentando llegar adonde no podía.
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