15 abril 2009

Capítulo 147

CITA A LAS 6

El infierno no era otra cosa que fuego y pasión. 

Ahí estaba yo, de visita programada, con el deseo cumplido. Sin frotar una lámpara, sin un mago que me lo concediera. Tan sólo, el deseo.

Me di un primer paseo a través. El fuego inundaba una estancia diferente. Candelabros colgantes con velas boca abajo prendidas. Murciélagos mujer colgados de un techo de piedra y oro. Camastros de dos metros desperdigados entre mareas de hermosura.

Mi cuerpo comenzaba a inquietarse. Los pelos se erizaban, el ansia se multiplicaba, la respiración entrecortada.

Se acercaron con la lujuria dibujada en sus ojos, con los pechos desnudos, los muslos ...

Me sentaron, me besaron, me bañaron. 

Entonces apareció ella. .

No miré más allá que su hermosura, no más que unos ojos incendiados. Ni látigo, ni tridente.

Sólo ella, su piel morena, su sonrisa maligna, su belleza divina.

Se hizo el silencio, mi corazón palpitaba, mis esmeraldas centelleaban...

Luminosos de colores reflejaron un 10. 

Me miró, me...

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