CAVA HIJO, CAVA
Como si de composición pictórica se tratara, el enterrador y su madre apostados ambos a cada lado de una lápida enfrentados uno al otro con semblante pensante y la luz filtrándose a través de un ciprés.
No había palabras ni llantos- tan sólo paz en sus rostros-.
-Pensé que despertaríais para el entierro-
-Calla y cava hijo, cava-
-No hay qué cavar madre, el muerto ya está dentro-
La madre lo miró desconcertada. Sus manos en el mentón y sus ojos alocados. No acertó más que a decir.
-Cava y calla, los muertos no esperan-
El enterrador, enfurecido, asió con sus manos la pala y comenzó a cavar en lugar extraño y alejado.
Cubrío el rededor del hoyo con matojos y zarzas dirigiendose a su madre con lágrimas en los ojos.
-Muere madre,muere-
La madre no hizo nada. Dejó su rostro en silencio y postró su cuello en final sangriento.
Su cuerpo decapitado tomó por los pies primero.
Más tarde, la cabeza del pelo cogió y al hoyo la echó.
El enterrador en pecado, a su madre ha matado.
En las entrañas de la muerte, colocó la cabeza mirando a poniente.
Sus brazos en cruz pidiendo perdón y, sus piernas recogidas por mejores medidas.
Apenas una plegaria y tierra sobre ella.
Ni una lápida que la identificara.
Ni una sombra que la adivinara.
Un trozo de carne entre sus dientes le acompaño hasta su muerte...
15. Noche
Hace 14 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario