LAS MANOS DENTRO
Locuelo, al que así hubiera llamado, perdido entra las estrechas callejuelas de la aldea-hambriento él-.
Sus pequeños dientes ávidos de manjares varios-la leche en pan duro de manera singular-.
Tristes ojos al nada tener.
Apenas un pequeño ladrido en su proceder.
Pablo de Cafur triste y apagado, sus dedos de nuevo ha contado.
Veintiséis en total, pues el viernes fue el final.
Los enfermeros en busca de Locuelo en ánimo ofuscado y tras sus pasos, un maricón en celo.
Pablo de Cafur-ciudad jamás levantada- sentado en un suelo frío con cabeza gacha y sin Locuelo- a quien así habría de llamar-.
Su cuerpo en feto y una lagrima surriento.
Principal en celo con su manos dentro.
Ira en sus ojos, consuelo en sus adentros.
Padre Prior en pastos salvajes de nuevo rodeado por corderos.
-Santa María, esto es un ardid del infierno-
Al lado de él, Pájaro de Pico asintiendo.
Los corderos con dientes en afilado mentón observando alrededor.
En las calles... Locuelo.
Sólo y sin alimento.
Al fondo, una puerta abierta...
15. Noche
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario