...
Tenía los dedos de los pies delgados, las piernas ocultas y los hombros desnudos.
El guardapolvos cubría lo innecesario. Su rostro, indecente por maravilloso.
De blanco lucía; de negro, yo palidecía.
Con gratitud a todos aquellos que prestaron su imagen y a los distintos personajes que aparecen en él.
Sin más que contar pájaros les dejo...Un adíos y un bienvenidos...
Kakan.
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